Preparación de reactivos y soluciones
El sector de la investigación y el control de calidad industrial es todo un mundo por conocer. Las labores que se desempeñan durante una investigación o un control de calidad no son tan fáciles como pueden parecer desde fuera: hasta que el material, la superficie o la pieza llega a la lente del microscopio para ser analizada, hay un largo proceso detrás conocido bajo el nombre de metalografía. En términos sencillos, la metalografía es la técnica que se emplea en los laboratorios para la preparación de muestras metalográficas, con el fin de dejar completamente lisa y sin roturas, arañazos, bordes o desperfectos, la superficie de todo aquello que quiera ser analizado bajo el microscopio óptico. Este proceso de la metalografía, a su vez, está compuesta por varios pasos, siendo el último de ellos la preparación de reactivos y soluciones.
El primer paso que se debe realizar en la técnica de la metalografía es el corte de la muestra. Puede que esta sea muy grande para ser manejada, o incluso, que no entre bien en la parte de análisis del microscopio. Una vez la muestra está cortada al tamaño necesario, es hora de encapsularla en resina -y este paso se ejecuta más o menos por las mismas razones que el anterior, la pieza se queda demasiado pequeña para nuestras manos y con la resina la hacemos más manipulable-. El tercer paso es el desbaste, lijado y pulido de la muestra, con el objetivo de dejar la superficie lo más lisa posible. Por último, antes de colocar la pieza bajo la lente del microscopio, hay que realizar un ataque químico a través de la preparación de reactivos y soluciones que nos permitan ver más allá, como por ejemplo aleaciones o corrosiones.

Lo que se necesita para una preparación de reactivos y soluciones
Con esta preparación de reactivos y soluciones, que se conoce como ataque químico en el mundo de la metalografía, lo que se quiere es terminar de preparar la superficie del material a analizar antes de ser sometido a análisis. Para ello, una vez la muestra ha sido cortada, encapsulada en resina, lijada y pulida, se le realiza un ataque químico con reactivos para laboratorio. Básicamente, este ataque químico ayuda a mejorar el contraste en las superficies de las muestras con el objetivo de visualizar su micro y macroestructura. Para ello, estos reactivos lo que hacen es ejercer una influencia controlada en las propiedades ópticas de la superficie, referente a los límites de sus granos, para que estos puedan ser visualizados, de manera más exhaustiva, a través de los filtros ópticos del microscopio.
También es muy importante que esta preparación para reactivos y soluciones sea realizada teniendo en cuenta el objeto que se va a investigar. Si tienes alguna duda porque te estás introduciendo en el mundo de la metalografía, puedes consultarnos sin ningún tipo de compromiso. Los profesionales que formamos parte de Metalografía somos especialistas en esta materia y en todo lo que gira alrededor de ella, como por ejemplo en el tratamiento de reactivos químicos metalografía. Para más información sobre nuestra empresa y para conocer más a fondo nuestro catálogo de productos metalográficos, pásate por nuestra página web.